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jueves, 26 de enero de 2012

Augusto Nicolás Calderón Sandino

Augusto Nicolás Calderón Sandino (18 de mayo de 1895 – 21 de febrero de 1934)
Augusto Nicolás Calderón Sandino, más conocido como Augusto Sandino, fue un patriota y revolucionario nicaragüense. Es Héroe Nacional de Nicaragua y junto con el poeta Rubén Darío constituyen la máxima expresión de la nacionalidad nicaragüense. Es llamado «General de Hombres Libres». Sus acciones y enseñanzas fueron la base ideológica para la fundación. años más tarde, del FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional) por Carlos Fonseca Amador.[1] Fue un líder de la resistencia nicaragüense contra el ejército de ocupación estadounidense en Nicaragua. Tras la retirada de las fuerzas estadounidenses, fue asesinado a traición por el general Anastasio Somoza García, jefe director de la Guardia Nacional (creada por Estados Unidos) quien tenía un proyecto político personal para el que Sandino era un obstáculo. Fue asesinado junto con sus lugartenientes Francisco Estrada y Juan Pablo Umanzor por miembros de la Guardia Nacional el 21 de febrero de 1934 en Managua. Ese mismo día fue asesinado su hermano Sócrates Sandino en un enfrentamiento en la casa de Sofonías Salvatierra. Santos López otro de sus lugartenientes logro salvarse defendiendose a tiros y saltando los techos de las casas vecinas. .Augusto Nicolás Calderón Sandino nació el 18 de mayo de 1895 en la ciudad de Niquinohomo (Departamento de Masaya, Nicaragua), hijo ilegítimo de Gregorio Sandino (un adinerado cultivador de café), y Margarita Calderón, una indígena sirvienta de la plantación de su padre. En 1904, a la edad de 9 años, es abandonado por su madre y enviado a vivir con su abuela materna. Más tarde es enviado a vivir con la familia de su padre, donde debe trabajar para ganar su hospedaje. En julio de 1912,a los 17 años, presenció la primera intervención de las tropas estadounidenses en Nicaragua, frente a una sublevación en contra del presidente Adolfo Díaz, quien tenía apoyo de Estados Unidos. El general liberal Benjamín Zeledón murió en combate el 4 de octubre al ser desalojadas sus fuerzas de la fortaleza de El Coyotepe luego de feroces combates en La Barranca, ambos sitios estratégicamente ubicados en la entrada de la ciudad de Masaya. El joven Sandino quedó impresionado con la imagen del patriota, cuyo cadáver era llevado en una carreta por los Marines para ser sepultado en el pueblo de Catarina.[3] En 1921 hirió de bala a Dagoberto Rivas, hijo de un destacado conservador del pueblo, a causa de unos comentarios que Rivas hizo sobre su madre. Huyendo de la ley y de una posible venganza de la familia de Rivas, Sandino viajó a la costa caribe de Nicaragua y después a Honduras, donde trabajó como empleado en un ingenio de azúcar. En 1923 emprendió viaje nuevamente, esta vez hacia Guatemala, donde trabajó en las plantaciones de la United Fruit Company, y finalmente a Cerro Azul en Veracruz (México) donde fue empleado por empresas petroleras. Durante su estadía en México comenzó a tomar parte en diversos grupos: francmasones, anti-imperialistas, anarquistas, y comunistas revolucionarios. Aunque recibió una fuerte influencia del anarcosindicalismo mexicano, Sandino se convirtió en un ferviente defensor del nacionalismo y sobre todo del antiimperialismo, en particular en la resistencia contra la ocupación estadounidense de Nicaragua. Luego de retirarse las tropas estadounidenses de Nicaragua en agosto de 1925 y tras el vencimiento de su pena en 1926, Sandino regresó a Nicaragua el 10 de junio de 1926. En esa época descubre que su forma predilecta de tomar ron es puro y con un poco de hielo. Se dirigió primero hacia su pueblo natal, Niquinohomo, con la intención de iniciar un negocio, pero su proyecto es frustrado por Dagoberto Rivas, entonces devenido en alcalde del pueblo. Sandino se ve forzado a abandonar nuevamente su pueblo natal, dirigiéndose hacia el Norte, a los departamentos de Nueva Segovia, Madriz y Estelí, llamados comúnmente «Las Segovias». En ese contexto el caudillo conservador Emiliano Chamorro dio un golpe de estado al presidente Carlos José Solórzano (del Partido Conservador), quien entrega el poder a su vicepresidente constitucional, Juan Bautista Sacasa (quien era del Partido Liberal). Chamorro obliga a renunciar a Sacasa y asume el poder. A su vez EE. UU. no lo reconoce y lo obliga a renunciar, sustituyéndole por Adolfo Díaz. Los liberales no aceptan la violación flagrante de la Constitución por parte de los conservadores y los estadounidenses, y emprenden una nueva guerra civil fraticida,[4] conocida como Guerra Constitucionalista (1926-1927),[5] reclamando el regreso de Juan Bautista Sacasa al poder, usando como base de operaciones la ciudad de Puerto Cabezas (Bilwi) en el departamento de Zelaya. Dado que su presidente títere estaba en peligro, y con el pretexto de «proteger las vidas y las propiedades de los ciudadanos estadounidenses», la Marina de EE. UU. desembarcó numerosos efectivos de su infantería en las costas del Pacífico y del Caribe, declarando «zonas neutrales» diversos puntos estratégicos de vital importancia para las fuerzas gubernamentales (entendiéndose que si los liberales las atacaban, se pondrían inmediatamente en guerra con EE. UU.). El caso más denigrante fue la declaración de Puerto Cabezas (capital de los liberales) como «zona neutral»: los marines de EE. UU. desarmaron al presidente liberal Sacasa y le obligaron a huir de la zona. En medio de esta situación, Sandino procuró incorporarse al Ejército Liberal Constitucionalista. En un primer momento acude donde José María Moncada, general en jefe del Ejército Liberal del Atlántico, pero éste, receloso de Sandino, le negó las armas. Entonces Sandino y sus hombres, ayudados por las prostitutas de Puerto Cabezas, recogieron del agua un buen lote de armas y municiones que habían sido quitadas a Sacasa (los marines no las habían destruido, sino que se habían limitado a arrojarlas al mar). Hecho esto, emprenden el viaje a Las Segovias (su zona de operaciones) viajando en pipante por las aguas del río Coco. Sandino organiza su grupo de hombres que llegó a ser conocido como Los Montañeses, con el cual ataca el cuartel conservador en el poblado de El Jícaro, era el 2 de noviembre de 1926. Después de un exitoso bautismo de fuego, Sandino es reconocido en filas del Ejército Liberal Constitucionalista por los jefes militares liberales, designado general en jefe del Ejército Liberal de Las Segovias, convierte a Las Segovias en base de su zona de operaciones hasta llegar a controlar Jinotega. Alcanzó varias victorias sobre las tropas conservadoras, lo que a su vez atrajo efectivos a su columna, la llamada Columna Segoviana, que en su momento llegó a contar con 800 hombres de caballería. En parte gracias a los triunfos de Sandino, los liberales tomaron la iniciativa en la guerra y empezaron el avance general hacia el Pacífico. Tanto así que a mediados de enero de 1927, el Ejército Liberal de Occidente, bajo el mando de su general en jefe Francisco Parajón,[6] entabla combate con las tropas constabularias del general Alfredo Noguera Gómez en la zona de León y Chinandega, en un claro intento de desgastarlas y desarticular la mayor concentración de tropas gubernamentales en el Occidente del país, lo cual logran tras encarnizadas batallas. Poco después, en un exitoso operativo de despliegue, los liberales toman el poblado de El Maniadero, y comprometen las posiciones gubernamentales en la ciudad de Chinandega. Finalmente, el 6 de febrero, los liberales tienden un cerco alrededor de Chinandega con el objetivo de sitiarla. Durante la maniobra, las tropas gubernamentales son puestas en fuga luego de cruentos combates. Poco después, los liberales estrechan el cerco sobre Chinandega hasta romper sus defensas y tomarla, no sin antes librar una encarnizada batalla cuadra por cuadra, que deja innumerables muertos y heridos en ambos bandos. Ese mismo día, el presidente Nicaragüense autoriza al Mayor James J. Meade[7] para que sus marines releven a las tropas Constabularias en la defensa de Managua, ya que con la caída de Chinandega, la capital quedaba seriamente amenazada. Chinandega fue recuperada por los Constabularios luego de varios días de cruentos combates, y la destrucción casi total de la ciudad. El 19 de febrero, una compañía de marines ocupó la ciudad, trayendo con ellos gran cantidad de alimentos y medicinas. Para entonces, el número de marinos estadounideneses en Nicaragua había ascendido a 5,000 y 464 Oficiales Norteamericanos se encontraban en el territorio participando activamente en los conflictos internos de Nicaragua. Viendo que ahora el peligro de una intervención directa de EE. UU. contra los liberales es inminente, el jefe del ejército liberal, José María Moncada, decide pactar. Los estadounidenses envían un representante plenipotenciario, Henry L. Stimson (quien años después será Secretario de Estado del presidente Herbert Hoover) y Moncada, quien ya tenía control sobre casi todo el país, se rinde a la entrada de Managua (en Tipitapa). Aceptó la continuidad del gobierno conservador hasta las elecciones de 1928, en las que él (y no Sacasa) será el candidato liberal (lo cual era una flagrante traición a quien en teoría era su jefe). A este acuerdo firmado el 4 de mayo se le denominaría Pacto del Espino Negro. Sandino no acepta esto, se opuso a la paz impuesta por las fuerzas de ocupación y se retira al inexpugnable cerro El Chipote, donde tenía su base principal y como respuesta a la acción tomada por Moncada, Sandino manifestó una de sus más célebres frases: «No me vendo, ni me rindo. Yo quiero patria libre o morir». Enarbolando ahora una bandera roja (liberal) a la que decidió agregarle una franja negra, simbolizando con esto que la lucha sería hasta conseguir la libertad o la muerte. La guerra de Sandino contra los ocupantes estadounidenses Con apenas veintinueve hombres (eran 30 con él) y 40 rifles, Sandino inicia una guerra nacional contra el invasor y los gobiernos entreguistas de Díaz y Moncada; animando primero a los campesinos neosegovianos y luego a todos los nicaragüenses a la lucha armada. Poco a poco Sandino incrementó sus efectivos, hasta llegar a ser unos 6000, quienes conformaban el llamado Ejército Defensor de la Soberanía Nacional (EDSN); esto debido en parte a los desmanes cometidos por los infantes de marina estadounidenses, quienes acostumbraban violar mujeres campesinas en los lugares que ocupaban. En el combate de Ocotal[9] acaecido el día 16 de julio de 1927, donde Sandino, después de tomar casi todo el poblado y obligar a los marines a atrincherarse en las dos manzanas centrales, es forzado a la retirada. Los marines usaron la aviación para romper el cerco. Sandino se retiró sin mayores problemas, mientras la población civil de Ocotal sufría el primer bombardeo aéreo indiscriminado de la historia de Centroamérica.[10] En este primer combate, Sandino fue derrotado por el entrenamiento y poder de fuego de los marines. Esto fue aleccionador para él, decidió emplear a partir de ese momento la guerra de guerrillas. El combate de El Bramadero (27 de febrero de 1928), donde las tropas de Sandino infligieron una terrible derrota a una patrulla de «machos» invasores, es memorable porque en la fase final del combate los sandinistas utilizaron los temibles machetes, herramientas de trabajo del campesino nicaragüense convertidas en eficaces armas blancas capaces de decapitar de un solo tajo a un hombre. A partir de ese momento los marines, quienes llamaban «bandidos o bandoleros» a los hombres de Sandino, empezaron a llamarlos «guerrilleros». El combate duró 5 horas y media. Les avanzamos 400 rifles Lewis, 16 ametralladoras, 180 mulas, [...] 60 pistolas 45... Sandino Realizó diversas incursiones como el atacar y destruir la mina La Luz, propiedad del ex secretario de Estado norteamericano Knox. Las acciones de Sandino le fueron dando fama por todo el país y por los países de Hispanoamérica. Esa fama producía que muchos hombres llegaran dispuestos a integrarse en sus filas. A mediados de 1928 el intelectual fránces Henri Barbusse le llamó «General de Hombres Libres». Durante esta fase de la guerra Sandino contrajo matrimonio con Blanca Estela Aráuz Pineda, una confidente y estrecha colaboradora del EDSN como telegrafista desde San Rafael del Norte. De este matrimonio nacería, en 1932, la única hija de Sandino: Blanca Segovia, quien en 2008 aún seguía viva. Su madre falleció poco después de darla a luz por complicaciones del parto. A finales del mes de noviembre de 1928 el contralmirante D. F. Sallers le invitaba a abandonar la lucha y obtener así los consiguientes beneficios. La respuesta de Sandino no se hizo esperar: La soberanía de un pueblo no se discute, sino que se defiende con las armas en la mano. La resistencia armada traerá los beneficios a que usted alude, exactamente como toda intromisión extranjera en nuestros asuntos trae la pérdida de la paz y provoca la ira del pueblo. Sandino. La formación de la Guardia Nacional Notando los oficiales estadounidenses que los marines no eran capaces de derrotar a los soldados de Sandino, decidieron emplear la táctica de enfrentar a nativos contra nativos. Por lo tanto, dieron comienzo a la conformación de un nuevo ejército nicaragüense, la llamada Guardia Nacional de Nicaragua, entrenado, equipado y financiado por EE. UU., y comandado por oficiales estadounidenses. Si bien esto significó un aumento considerable de las tropas que combatían a Sandino, no influyó en el curso de la guerra de forma significativa. Lejos de ello, los sandinistas expandieron sus zonas de operaciones más allá de Las Segovias alcanzando zonas de Jinotega, Matagalpa, Chontales, Boaco, Chinandega, León, la costa caribe e incluso la capital Managua, estuvieron dentro del radio de acción de las tropas de Sandino. Las propiedades de los estadounidenses eran destruidas en los numerosos ataques sandinistas (destino del que no se libraron las plantaciones de la United Fruit Company), y los colaboracionistas que eran capturados eran sumariamente ejecutados por considerarlos Sandino «traidores a la Patria». La retirada estadounidense Finalmente llega al poder en EE. UU. el presidente Franklin Delano Roosevelt. Obligado por problemas domésticos de mayor importancia (la Gran Depresión), proclama la «política de buena vecindad, lo que significaba la retirada de todas las fuerzas militares de EE. UU. de los países de la cuenca del Caribe, incluyendo Nicaragua. Sin embargo, conscientes de su derrota, ya desde hacía algún tiempo los marines preparaban su retirada: paulatinamente dejaron de participar en los combates, y no sólo entrenaban clases y soldados, sino también oficiales nativos. En enero de 1933 las fuerzas estadounidenses oficialmente abandonaron el territorio nicaragüense, sin haber podido matar o capturar a su enemigo, y menos aún vencerlo. Se dice que el mejor homenaje a la gesta libertaria de Sandino se lo hace su enemigo. En sus respectivas placas de bronce, incrustadas en la pared izquierda del Salón Histórico del Pentágono, Estados Unidos reconoce sus dos derrotas militares en el siglo XX: Nicaragua (1933) y Vietnam (1967). La paz Una vez habiéndose retirado los estadounidenses, Sandino envía al nuevo presidente liberal, Juan Bautista Sacasa, una propuesta de paz, que es aceptada. El 2 de febrero de 1933 termina oficialmente la guerra; el ejército de Sandino, exceptuando a un grupo de protección de 100 hombres, es oficialmente desarmado. La Guardia Nacional, quien aún no es autoridad militar reconocida como tal en la Constitución, se hace cargo de la seguridad en todo el país, lo que provoca abusos contra sus antiguos enemigos (los sandinistas) al estar estos desarmados. Sandino efectúa algunos viajes a Managua para hacer notar el incumplimiento de los acuerdos por parte de la Guardia Nacional. En esos tiempos cuando Anastasio Somoza García, a la sazón Jefe Director de la Guardia, y deseoso de hacerse con el control total del país, decide que para conseguir tales objetivos es necesario eliminar a Sandino. El asesinato de Sandino El 21 de febrero de 1934 Sandino en compañía de su padre, Gregorio Sandino, el escritor Sofonías Salvatierra (ministro de Agricultura de Sacasa) y sus lugartenientes generales Francisco Estrada y Juan Pablo Umanzor acudían a una cena en La Loma (Palacio Presidencial), invitados por Sacasa. A la salida de dicho evento el coche en el que viajaban fue detenido justo a la par del Campo de Marte, en un punto ubicado al sur de la Imprenta Nacional (donde se edita e imprime el diario oficial La Gaceta). El cabo de guardia que les detuvo era en realidad un mayor disfrazado, Lisandro Delgadillo, que les condujo a la cárcel de El Hormiguero (destruida por el terremoto que azotó a Managua en 1972). Los detenidos pidieron que llamaran a Somoza, pero les respondieron que no podían localizarlo, por otro lado la hija de Sacasa le comunicó a su padre la detención, ya que la había visto, y Sacasa se puso en contacto con la embajada de EE. UU. para intentar impedir el asesinato. Sandino, Estrada y Umanzor fueron llevados al monte llamado La Calavera en el campo de Larreynaga y allí, a la señal de Delgadillo, el batallón que custodiaba a los prisioneros abrió fuego matando a los tres generales. Eso ocurría a las 11 de la noche. Según testimonio de Salvatierra, al oír los disparos, Gregorio Sandino dijo: En la misma noche el hermano menor de Sandino, Sócrates (quien era coronel del EDSN), muere en un enfrentamiento con efectivos de la Guardia Nacional que atacaron la casa del ministro Salvatierra, ubicada por el sector de la Iglesia El Calvario, en Managua. En este enfrentamiento resultó herido el coronel Santos López, quien logra abrirse pasos a balazos y tomar rumbo hacia Honduras. Al día siguiente (22 de febrero de 1934) la Guardia Nacional destruyó la cooperativa que Sandino había establecido en el poblado de Wiwilí, matando o haciendo prisioneros a sus integrantes. Dos años después, Anastasio Somoza García —quien llegó a afirmar que recibió las órdenes del asesinato de Sandino del embajador estadounidense Arthur Bliss Lane—, se haría con el poder del país, derrocando para ello al presidente Sacasa, quien era su tío político. Sin duda que la gesta libertaria de Sandino suscitó la admiración de muchos intelectuales contempóraneos y posteriores, tanto en Hispanoamérica como en el resto el mundo. Particularmente en Latinoamérica en donde su figura se erige como ejemplo inclaudicable de la lucha por la independencia y autodeterminación de los pueblos.[12] Muchas personas tienden a ligarle con ideologías de izquierda más o menos radical por su relación con importantes personajes del ámbito y de la época, como el reconocido comunista salvadoreño Farabundo Martí, o sus contactos con otros movimientos y partidos del continente. No obstante, su verdadera corriente ideológica fue, en base, el liberalismo,[cita requerida] destacándose como uno de los generales de la revolución constitucionalista de 1925 y posteriormente inicia su gesta continental en contra de la ocupación estadounidense en Nicaragua. Gesta con la cual se solidarizaron los más célebres intelectuales de América Latina, como la chilena Gabriela Mistral, el hondureño Froylán Turcios, la educadora dominicana Ercilia Pepín quien le envió a Sandino una bandera de Nicaragua bordada por las niñas de su escuela.[13] Somoza García gobernó de manera dictatorial durante 40 años, con algunas pausas en las que imponía un presidente títere y contando siempre con el respaldo de EE. UU. Esto le permitió acumular una enorme fortuna y gracias al crecimiento de la economía global posterior a la Segunda Guerra Mundial (en la que llegó a declarar la guerra a la Alemania nazi) le fue posible dar un gran impulso a las actividades agroexportadoras, que dieron un cierto beneficio al país, el cual no era muy sentido por las clases populares. Anastasio Somoza García fue baleado en un acto de ajusticiamiento el 21 de septiembre 1956 por el joven poeta Rigoberto López Pérez. Al frente del país quedaron, sin embargo, sus hijos Luis Somoza Debayle como presidente, y Anastasio Somoza Debayle como jefe director de la Guardia Nacional. Ambos continuaron las directrices políticas de su padre, si bien es cierto que Luis permitió una mayor apertura política. En este contexto el hombre que huyó de la casa de Salvatierra, Santos López, así como Carlos Fonseca Amador y otros, fundaron en 1961 el Frente Sandinista de Liberación Nacional como un movimiento de oposición armada a la dictadura de los Somoza y sus allegados, logrando en 1979 derrocar al hijo menor de Somoza García (Anastasio Somoza Debayle), dando lugar a la Revolución Nicaragüense y gobernaron Nicaragua hasta 1990 y nuevamente a partir del 10 de enero de 2007, aunque esta vez por un proceso electoral. En ambos periodos de gobierno el presidente fue Daniel Ortega Saavedra. GRUPO DE HISTORIA DE LA LUCHA REVOLUCIONARIA EN SANTA CLARA (ACRC)

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