Buscar este blog

jueves, 27 de septiembre de 2012

Carlos Manuel de Céspedes del Castillo

PADRE DE LA PATRIA


Carlos Manuel de Céspedes del Castillo

Cuando el 10 de octubre de 1868 liberó a sus esclavos y se alzó en armas en su ingenio "La Demajagua" no sólo cambió radicalmente su vida como acomodado y culto cubano sino la historia de Cuba. Se iniciaba una larga lucha por la independencia nacional.





Encabezó la República de Cuba en armas hasta el 27 de octubre de 1873. Destituido por la Cámara de Representantes a causa de discrepancias, vivió sin escolta en la finca San Lorenzo, Sierra Maestra, donde fue muerto por los españoles el 27 de febrero de 1874.





Sus contemporáneos lo describen: de pequeña estatura, robusto, bien proporcionado, fuerte constitución física y rápido en sus movimientos. Ojos inquietos, frente ancha, nariz recta y fina. Era gallardo con cierta gracia varonil cuando hablaba y en su juventud fue muy elegante.





Diestro en el baile, equitación, esgrima, gimnasia y ajedrez, podía conversar en latín, recitaba con facilidad poesías de los clasicos, en español, francés o italiano, y con su memoria y talento cautivaba al auditorio durante horas.





De gran imaginación y elocuente orador, resultaba temible por el desbordamiento de sus intenciones y contundentes razonamientos pero de sus labios nunca salió una frase descompuesta. Podía ser también muy galante y delicado con las mujeres, astuto, disimulado, severo, cortés y agradable en el trato social, de gran fuerza de voluntad y calmado ante el peligro o cualquier revés.





El Padre de la Patria cubana había nacido en Bayamo el 18 de abril de 1819, de madre de procedencia camagüeyana mientras por el padre fueron sevillanos, asentados en esa región desde la primera mitad del siglo XVII donde la familia Céspedes era una de las más antiguas.





Pasó parte de la niñez en haciendas familiares y cursó sus primeros estudios en Bayamo en los conventos de Santo Domingo y San Francisco donde aprendió latín, filosofía y gramática latina. En el colegio de San Carlos, en La Habana, se graduó el 22 de Marzo de 1838 de bachiller en Derecho Civil y de abogado en la Audiencia Territorial de Barcelona, el 21 de Febrero de 1842.



En esta ciudad se hizo capitán de la milicia ciudadana, conoció al general Prim y participó en una conspiración en apoyo a la regente María Cristina, hechos que refieren sus biógrafos y confirma Céspedes en el poema autobiográfico "Contestación", de 250 versos.





Luego adquirió cultura de mundo visitando a Francia, Alemania, Italia, Turquía e Inglaterra. En 1844 estableció su bufete de abogado en Bayamo.



Su ciudad era aún bastante atrasada respecto a la vida pública, la cultura sólo se manifestaba en los hogares y los conventos pues no se permitían gimnasios, imprentas ni periódicos.





Hacia mediados de siglo, Céspedes era "el director nato de todo cuanto significaba cultura, progreso e ilustración", según su amigo el patriota e historiador Femando Figueredo.





Fundó el 24 de febrero de 1851 una sociedad filarmónica junto con Pedro (Perucho) Figueredo. De ese año es la aparición de "La Bayamesa", una hermosa canción de sentimiento patriótico, firmada por Céspedes, Francisco Castillo y José Fomaris.





Buen orador y con conocimientos musicales, cultivó la poesía, escribía comedias, traducía teatro y también actuaba. Fue colaborador a partir de entonces de diarios de La Habana y otras ciudades. Por esa época era síndico del ayuntamiento de Bayamo.





Pero en febrero de 1852 una velada en la Filarmónica derivó en un incidente en versos entre el gobernador de la ciudad, Toribio Gómez Rojo, y su amigo Fornaris quien replicó las alusiones a determinadas personas hechas por el militar español.





Horas después Fornaris, Céspedes y Lucas del Castillo serían conducidos por soldados a Santiago de Cuba, detenidos tres dias en el cuartel de La Unión (hoy San Luis) y desterrados 40 días al caserío de Palma Soriano. Desde entonces encabezaron una relación de sospechosos de infidelidad al gobierno.



Ese propio año fue preso nuevamente y confinado cinco meses en los calabozos del Morro santiaguero. Se trasladó a Manzanillo pero poco después lo desterraron a Baracoa por otros cinco meses.





En Manzanillo estableció su bufete y desarrolló nuevamente una activa vida social hasta 1855 en que otra vez lo detuvieron y condenaron a encierro en el navio "Soberano", surto en el puerto santiaguero, y posterior destierro en esa ciudad por ocho meses.





Tan pronto ocurría cualquier incidente o conspiración en la Isla, era detenido como desafecto. Su hermano Pedro María señaló que con independencia de las conspiraciones de 1851, para esa fecha Carlos Manuel y sus amigos ya habían iniciado sus trabajos.





Cuando le permitieron regresar a Manzanillo se ocupó de su fortuna pues estaba casi arruinado. Al tiempo que aumentaba su clientela como abogado, arrendó la hacienda "Limones Abajo" para ganado y atendió otras tres estancias que poseía. Pudo reunir 700 mil pesos.





Durante estos años no fue molestado por las autoridades, reanudó su vida literaria, contribuyó a fundar la Sociedad Filarmónica de Manzanillo (1856) y publicó poesías y relatos en un periódico de Santiago de Cuba. En 1860 fue contador secretario de la Junta de Fomento de la ciudad y años después socio corresponsal en Manzanillo de la filial santiaguera de la Sociedad Económica de Amigos del País.





En diciembre de 1867 el gobernador de Manzanillo recibió un anónimo referente a un probable alzamiento para el dia 8 o el 24, encabezado por Céspedes, pero cuando llegó a detenerlo no lo hizo pues estaba junto a su esposa gravemente enferma. Tras la muerte de ésta poco después, se entregó de lleno a los preparativos revolucionarios.





El descontento co



nmovía al oriente del país donde muchos de los conspiradores se encubrieron con las logias masónicas. Al crearse en Manzanillo, en Abril, la Logia Fe, en su primera reunión fue elegido venerable maestro Carlos Manuel de Céspedes, "Hortensio". La mayor parte de los integrantes de esta logia estuvieron en el alzamiento de La Demajagua.



En reunión efectuada por los conspiradores manzanilleros, el 6 de Octubre, habían designado a Céspedes General en Jefe del Ejército Libertador.





Sobre su hazaña expresó 20 años después José Martí: "Es preciso haberse echado alguna vez un pueblo a los hombros, para saber cual fue la fortaleza del que, sin más armas que un bastón de carey con puño de oro, decidió, cara a cara de una nación implacable, quitarle para la libertad su posesión más infeliz, como quien quita a una tigresa su último cachorro".







GRUPO DE HISTORIA DE LA LUCHA REVOLUCIONARIA EN VILLA CLARA (ACRC)

No hay comentarios:

Publicar un comentario